top of page

Conociendo a Amanda Verdú y su proyecto FEM #25

  • Foto del escritor: Setlist Magazine
    Setlist Magazine
  • 13 ene
  • 8 Min. de lectura

Amanda Verdú es mucho más que una cantante y compositora; es una artista íntegra que utiliza la música como vehículo para transformar sensibilidades y generar reflexiones profundas. Con una trayectoria que abarca desde sus primeras composiciones como "Alma Cook" hasta su consolidación como una voz destacada del pop de autor con raíz, Amanda nos presenta FEM, un álbum que no solo celebra a las mujeres, sino que también nos invita a todos a explorar el universo femenino desde una perspectiva sensible, auténtica y transformadora.


FEM es un proyecto madurado a fuego lento, resultado de años de trabajo artístico, personal y musical, y representa un punto culminante en la carrera de Amanda. Con 11 canciones cargadas de temáticas profundas, el álbum aborda desde la reivindicación del amor verdadero hasta la denuncia de abusos y la exploración de la maternidad. En cada tema se nota su compromiso por construir un espacio de reflexión y disfrute, utilizando su música como herramienta para conectar con la humanidad que todos llevamos dentro.


La producción de este álbum, a cargo del reconocido Sebastián Merlín, quien ha trabajado con artistas como Jorge Drexler, Rozalén y La Migas, garantiza una calidad musical exquisita. Además, Amanda ha contado con la colaboración de músicos de altísimo nivel, como Pablo Díez, Pablo Navarro y Coke Santos, quienes aportan una riqueza instrumental que eleva las canciones a una experiencia única. Desde los arreglos hasta la interpretación, cada detalle de FEM ha sido cuidadosamente elaborado para transmitir emociones genuinas y tocar el alma de quienes lo escuchen.


Pero lo que realmente distingue a Amanda Verdú es su capacidad para conectar con el público de manera honesta y directa. Sus conciertos no son simples espectáculos musicales; son encuentros transformadores, donde cada canción se convierte en una oportunidad para cuestionar, sentir y cambiar. Como ella misma dice, "nadie sale igual que entra a un concierto, tampoco yo". Este vínculo especial que establece con su audiencia es un reflejo de su profundo compromiso con la música como medio de comunicación y crecimiento personal.


FEM no es solo para mujeres. Es un álbum para cualquiera que desee explorar la sensibilidad femenina desde una perspectiva universal, para quienes busquen ordenar el desorden de pensamientos diarios y para aquellos que quieran encontrar refugio en la música. Con este trabajo, Amanda Verdú nos propone un viaje lleno de introspección, conciencia y disfrute, en el que todos podemos encontrar algo de nosotros mismos.


Amanda también destaca por su amplia experiencia en el ámbito musical y educativo. Como maestra especializada en metodologías activas e innovadoras, combina su pasión por la enseñanza con su vocación artística, creando proyectos que inspiran y educan a partes iguales. Desde los inicios de su carrera hasta ahora, su música ha evolucionado con ella, pasando por distintos estilos y colaboraciones, siempre fiel a su esencia de comunicar con autenticidad y sensibilidad.


Con canciones como "Tierra negra", "Canta tú mujer" y "Vestidito de lino", FEM no solo narra historias profundamente humanas, sino que también propone un espacio de encuentro para reflexionar sobre temas universales como el amor, la maternidad, la violencia y la superación personal. Amanda Verdú nos recuerda que la música puede ser mucho más que entretenimiento; puede ser un camino hacia el entendimiento, la sanación y el cambio.


En esta entrevista, profundizaremos en el universo de Amanda Verdú, explorando las historias, emociones y reflexiones que dieron forma a FEM. Acompáñanos a conocer a una artista única, cuya música nos invita a escuchar, sentir y, sobre todo, a transformar.


¿Qué te inspiró a crear un álbum como FEM, dedicado a todas las mujeres de tu vida?


Realmente lo estaba componiendo sin saberlo. Fue al recopilar canciones para un nuevo disco cuando descubrí que todas estaban dentro del mismo universo. Universo mujer. Así que sencillamente dejé que las canciones contaran y hablaran solas siguiendo ese hilo.


¿Cómo fue el proceso de unir música y mensaje para educar y reflexionar a través de tus canciones?


He sido maestra muchos años. Veía claramente que integrar la música en las asignaturas cotidianas abría un abanico de posibilidades para atender a la diversidad y promover un aprendizaje más rico, significativo y creativo. Es educativo elegir una canción o desecharla, cantarla, bailarla, desgranarla ortográficamente, representarla, crearla. Sin darme cuenta con el paso de los años de docencia y posteriormente como madre, me fui impregnando de la necesidad de educar en la mayoría de las cosas que pueda. Cada vez cultivo con más mimo el mensaje de mis canciones. Creo que la música puede educar, todos necesitamos ser educados hasta nuestra muerte y por sus características, la música llega a muchas personas a las que no les llegarían ciertos mensajes de otro modo. Sé que es una herramienta y la cojo con la responsabilidad de construir, de edificar, de otorgar estructuras, soporte a quien lo desee escuchar. Es mi grano de arena en una sociedad en la que la mayoría de la música, la más accesible, es bastante banal y a veces nos trata a todos como inmaduros y estúpidos.Yo busco que mis canciones nos inviten a hacernos preguntas, pero no doy respuestas. Lucho para que las letras y las melodías hagan pensar…


Hablas de que tus conciertos son una "sacudida de humanidad". ¿Puedes contarnos alguna experiencia inolvidable con tu público?


En un concierto de verano, toqué “Y yo sin besarte”, una canción que expresa ¿Y si esta fuera la última vez que te viera? Para caer en la cuenta de esos besos que no damos porque creemos que luego veremos a la persona en cuestión. Pero claro a veces eso no pasa… Una chica del público se quedó hasta la salida del camerino y al verme me abrazó llorando diciéndome que a ella le ocurrió eso porque su marido tuvo un accidente y que hubiera dado lo que fuera por darle el último beso esa mañana. Nos abrazamos un buen rato y nunca la olvidaré. Hay sentimientos a los que nunca ponemos palabras, sentimientos que no sabemos expresar, pensamientos que no sabemos sentir. Y si llega una canción y te ayuda a poner orden, te ofrece un desahogo, una correspondencia, un respiro y un impulso para colocarte y resetearte.


¿Qué significa para ti esa "raíz común" que sientes que une a todas las mujeres?


Hay veces que sin conocernos, nos miramos y nos comprendemos. Tiene mucho que ver con nuestra trayectoria histórica, con el corazón y el esfuerzo de nuestras madres, abuelas, tatarabuelas etc. Es como una carrera de relevos con la llama olímpica encendida. Sin saberlo velamos por ese fuego que encendieron unas, que debemos mantener vivo otras y hacer todo lo posible para que llegue a su lugar. También es un cordón umbilical, una menstruación, un parto, una crianza, un cuidado de los mayores, una atención a tu pareja, eso está en nuestra mirada, está siempre implícito partimos de la sororidad. Esa es la raíz.


¿Cómo fue trabajar con Sebastián Merlín y otros músicos destacados en la producción de FEM?

Sebastián escuchó cada tema a fondo y respetó mucho el espíritu primitivo de cada canción. Me gustó que buscara un sonido verdadero, de raíz, con conexiones al folclore iberoamericano. Esa decisión condicionó el equipo de músicos a elegir y la forma de grabación. La verdad es que ha sido un trabajo muy bello. Gracias a Sebastian Merlín y a los músicos (Pablo Díez, Pablo Navarro, Coke Santos, Marina Sorin y Nico Nieto) FEM tiene el sonido que tiene y no puedo estar más orgullosa de ello.


Algunas canciones de FEM abordan temas duros como el maltrato o los cánones estéticos. ¿Cómo manejaste esos temas desde una perspectiva artística?


El maltrato y la violencia de género y vicaria se hicieron canción después de hacerse una película en mi cabeza: “Tierra Negra”. Primero escuché la terrible noticia de una mujer asesinada, luego el titular “Y con esta ya son 36 las víctimas mortales por violencia de género en nuestro país en lo que va de año; 5 menos que el año pasado”. Como yo no veía ni una menos, rápidamente me sentí ella, la última, y la resucité de su tumba, rehizo el camino hasta su casa y canté que estaba a tiempo de tomar una decisión que cambiara su destino. Compuse letra y música de la mano. Sin duda es una de las canciones que más me cuesta cantar. Desearía que la cantaran todas y todos los artistas y la hiciéramos un himno para que dé fuerza y herramientas para salvar a las víctimas potenciales y reales que por desgracia caminan cada día en la línea roja, al filo entre la vida y la muerte. En cambio para los cánones estéticos compuse “Canta tú mujer conmigo”. El cuerpo me pedía ironía, humor, naturalidad. Compuse una décima espinela con una estructura de rima que para mi era un reto pero que le da un aire trovadoresco. Nos hace pensar a todos y cualquier mujer, joven o madura, puede sentirse identificada con ella.


¿Qué importancia tiene para ti que tanto hombres como mujeres escuchen FEM y reflexionen sobre su mensaje?


No sirve de nada lanzar un mensaje feminista solo para nosotras. Yo quiero que FEM sea para todos, para nosotras las primeras (que a veces no sabemos muy bien a que palo agarrarnos) y que nos ayude a saber por donde continuar. Los hombres son importantísimos en esto y creo que las canciones de FEM les pueden a ayudar a entendernos mejor, a comprender que la lucha por la igualdad viene con una mochila de miedos, de inseguridades, de dolores, de desprecios, que no se pueden erradicar de la noche al día, necesitamos mucho tiempo, continuar y caminar de la mano.


Tu trayectoria incluye desde el pop electrónico como "Alma Cook" hasta proyectos como FEM. ¿Qué evolución personal y musical ves en ese camino?


Los estilos musicales han dependido más de los productores con los que he trabajado que de mí. Yo simplemente hago canciones que podrían enfocarse en varios estilos. Soy presa de lo que más escucho y es verdad que cuando era jovencita escuchaba mucho pop de todos los tipos pero ahora necesito escuchar canción de autor, canción de raíz. La evolución personal la definiría como un desarrollo constante sin miedo a que la madurez se manifieste y una capacidad de aprender y desaprender que me tiene siempre en ascuas. Un estado de inestabilidad constante, la verdad. Esto me da vértigos que convierto en canciones porque lo necesito colocar de alguna manera.


¿Cómo compaginas tu faceta de madre, maestra y artista independiente para construir proyectos tan profundos como FEM?


Es super difícil gestionar el tiempo. Al no tener que ir a una oficina o colegio de 9 a 5 y el resto de la jornada tener que estar volcada en cuidados y tareas familiares intento que todo suceda cuando mis niños están en el cole. Los días deberán tener 48 horas y dormir 8 ¿No crees? Pero por otro lado la visión como madre me ha abierto el horizonte a una realidad más completa, creo yo. Me esfuerzo por planificarme a corto y medio plazo y aprovechar a tope todos los huecos que pueda. Cada día se llena de imprevistos y es muy complicado ponerte tú mismo las rutinas y forzarte a cumplirlas, pero lo intento y por eso voy cumpliendo objetivos. Es un camino abrupto, la verdad, porque no cuento con discográfica y tengo que trabajar mucho y abarcar muchos palos, pero la ventaja es la libertad con la que cuento. Me rodeo y aprendo también de otros cantautores con los que coincido en el camino.


Si pudieras elegir una sola canción de FEM que represente el alma del álbum, ¿cuál sería y por qué? “


Vestidito de lino” porque melódicamente tiene siluetas bellas, habla de texturas, me toca mucho el corazón, te lleva a un paisaje, cuenta una historia, te la deja abierta, se atreve a nombrar lo que tantos tienen que esconder, da esperanza, no le quita importancia a lo que cuenta, es atemporal, no tiene miedo al horror y tiene varias voces narrativas… Creo que es solo apta para gente sensible. Cuenta una historia de abuso sexual en la infancia.

Comments


bottom of page