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Conociendo a Howdy #9

  • Foto del escritor: Lucho González
    Lucho González
  • 25 jun 2024
  • 11 Min. de lectura

En esta novena entrega de Conociendo A, exploramos el mundo íntimo y personal de Howdy, el proyecto musical de Javier Miramontes, una figura destacada en la escena musical independiente asturiana. Howdy no solo es un reflejo de su talento y pasión por la música, sino también una ventana a su mundo interior y a las experiencias que han moldeado su vida.


Howdy nació como una necesidad imperiosa de Javier Miramontes de dar respuesta y entidad a sucesos pasados, recuerdos y sentimientos cotidianos. Este proyecto, gestado en la intimidad de su hogar, permite a Javier explorar sus zonas grises y hablar desde la honestidad, sin protecciones ni máscaras. Su música es un viaje emocional que conecta profundamente con quienes la escuchan, ofreciendo una visión sincera y auténtica de su vida y experiencias.


El álbum Restart, grabado y producido en el Estudio Rojo de Gijón en 2019, es una obra que nos acerca a las influencias más naturales de Javier. Pablo Lato, conocido por su trabajo en preproducción con Super Ratones, y Sergio García, colaborador de Pablo Valdés, fueron los encargados de dar forma a este disco. Restart es una fusión del powerpop contemporáneo de bandas escocesas y el rock independiente de corte americano, estilos que fluyen con naturalidad en las composiciones de Javier.


Para redondear la grabación y sumar su granito de arena, amigos y músicos de la talla de Ángel Kaplan (Peralta, The Cynics) y Adolfo Garcia (Feedbacks) participaron en el proyecto. Estas colaboraciones enriquecieron el sonido del álbum, añadiendo matices y profundidad que resuenan en cada canción.


Javier Miramontes es un fiel militante de la melodía y ha participado en varios recopilatorios que destacan su habilidad para reinterpretar y rendir homenaje a sus influencias musicales. En 2021, celebró el 50 aniversario de Big Star con una versión para el Pop Parade 13 de Rock Indiana. Este 2024, coincidiendo con el 30 aniversario de ese mismo sello, rinde tributo a The Pyramidiacs, una banda que heredó de sus hermanos mayores del movimiento conocido como Xixón Sound. Ambas grabaciones estuvieron bajo la producción de Pablo Lato, quien ha sido un colaborador constante en su carrera.


Howdy es una forma de terapia y autoexploración para Javier. Sus canciones permiten a Javier expresarse con total libertad, abordando temas personales y cotidianos que resuenan con su audiencia por su autenticidad y profundidad emocional. Este proyecto le ha permitido atreverse a explorar sus zonas grises y hablar desde la honestidad, sin ningún tipo de coraza de protección.


Javier Miramontes, originario de Asturias, ha estado siempre inmerso en la música. Su trayectoria en la escena musical independiente asturiana le ha dado una perspectiva única y una voz inconfundible. Representa la culminación de años de experiencia y evolución personal. Su música, que se mueve con fluidez entre el powerpop y el rock independiente, está impregnada de influencias de bandas escocesas y americanas de los 80 y 90.


Este viaje musical con Howdy nos muestra cómo la honestidad y la introspección pueden dar lugar a obras profundamente resonantes y significativas. Javier Miramontes ha sabido construir un universo sonoro que conecta con el oyente en un nivel personal e íntimo. Seguimos atentos a los próximos pasos de Javier y su proyecto Howdy, que promete seguir sorprendiéndonos con su autenticidad y talento. Con cada nueva canción, Howdy reafirma su lugar en el panorama musical, ofreciendo una propuesta fresca y conmovedora que invita a la reflexión y al disfrute.


¿Qué te inspiró a iniciar el proyecto Howdy y cómo surgió la idea de darle un enfoque tan íntimo y personal?


Hacía un par de años que mi grupo de toda la vida había saltado por los aires.La disolución me afectó bastante y desde dentro, el mundo del indie y del rock empezó a asquearme. Empecé a verlo todo muy endogámico, lleno de egos, de postureo, de actitudes casi caricaturescas, así que me alejé durante mucho tiempo. Me alejé de todo lo que tenía que ver con la música. Dejé de tocar, casi no iba a conciertos y he de decir que fue hasta sanador. Sin embargo, cuando esa etapa pasó, un día me vi en mi habitación tocando la guitarra para mí, por mero placer . De espaldas a todo el mundo. Así que esa habitación, se convirtió en un refugio tan cálido, que empecé a quitarme caretas. Descubrí, que había muchas cosas de mí que me apetecía dejar grabadas. Aprendí a descubrir la música como algo privado. En ese contexto, iban saliendo canciones con bastante facilidad sobre retazos de mi vida: un desamor muy fuerte, mi amor por mi perra Nana, mi cruzada por dedicarme a la enseñanza en la pública, los recuerdos de los veranos de mi niñez junto a mi abuelo… Fue una forma de saldar una deuda, que creía que tenía pendiente tal y como terminó Starkwells. Fue una forma de levantarme y decir, aquí estoy, yo soy este. Mostrarme realmente al trasluz, sin corazas.


¿Qué artistas o bandas escocesas y americanas influyeron más en el sonido de Howdy, y cómo integraste esas influencias en tu música?


Creo que el hecho de llamarme Howdy es bastante definitorio ya de por sí, jajaja. Teenage Fanclub cambió mi vida. Descubrí en ellos un baluarte de preciosas canciones pop, armonías vocales y guitarras crujientes, así que todo el powerpop escocés me marcó mucho, The Pastels, Daniel Wylie, Dropkick, Attic Lights, etc. Esas bandas, me acompañaron desde siempre, así que está ya tan interiorizado, que no tengo que hacer nada para sonar así. Lo mamé tanto, que es innato. Con las bandas americanas, hay un poco de mezcla, porque por una parte el indie rock de los 90s es algo que también tengo muy interiorizado. The Lemmonheads, Nada Surf, Gigolo Aunts, The Posies, Dinosaur Jr, etc. Esas bandas. Lo que más me costó quizá, fue añadir a la paleta de sonidos la americana, pero me surgió de forma natural. Un día empecé a poner muy asiduamente a los Jayhawks y poco a poco me fueron abriendo camino hacia los Byrds, Jesse Malin, Ryan Adams, los primeros Wilco…


¿Cómo ha influido tu experiencia en la escena musical independiente asturiana en tu desarrollo como artista?


La escena gijonesa de los 90s y 00s me marcó mucho. Hubo una etapa en que había muchas bandas en la ciudad y teníamos buena relación, Mystereo, The Paperbacks, Noise n Confussion… yo crecí y aprendí el oficio en aquellos años, entre el Dom Pedro, el Savoy 2 y el Stone Park. Fueron años que guardo con mucho cariño y que me sirvieron para ir aprendiendo y perfeccionando un rol, que es fundamentalmente, el de songwritter.


¿Qué retos enfrentaste al grabar y producir el álbum Restart en el Estudio Rojo de Gijón y cómo los superaste?


Fue un proceso natural. Yo para empezar no tenía muy claro si grabar esas canciones o no, porque no sabía si valían un duro, para que me entiendas. Me grababa con el móvil y se las pasaba a Adolfo Feedbacks y fue él el que me animó a grabarlas. Sin su apoyo, no me habría echado pa´lante. Luego mirando estudios, contacté con Lato, que sabía de su pasado en Buenos Aires, como técnico de preproducción de Super Ratones. Nos conocíamos del Savoy 2 y le llamé. Lo que no sabía, era que es tan buen productor, porque no se da bombo de ningún tipo.


El reto que tenía, era que ya que iba a grabar y era mi criatura y en ella iban mis ahorrillos, quería ser lo más profesional posible. No es lo mismo estar en un grupo, donde las tareas se delegan, que un proyecto solista, donde el peso de decisión es tuyo y el trabajo también. Para mí todo eso era nuevo. Entrené mucho sobre el metrónomo. Hasta entonces, siempre había grabado con las baterías de Mario de fondo y el bajo de Nel. Me discipliné para cumplir con mi labor de la forma más exhaustiva. Esa grabación para mí, fue un máster. Los meses previos, fueron meses de disciplina militar por autoexigencia propia para poder llegar al estudio y disfrutar de la experiencia.


¿De qué manera los sucesos pasados y recuerdos personales se reflejan en las letras de tus canciones?


Mis canciones son totalmente personales. Son reflexiones o vivencias que me pasaron y fueron lo suficientemente importantes, como para envasarse en una pista de vinilo.


I Will Do It, habla de ir contracorriente y de luchar por lo que uno quiere. De resistir. Descubrí con casi 30 que yo quería ser profesor de instituto, o mejor dicho, con casi 30 decidí que era lo que realmente quería hacer, porque ya lo había descubierto hace muchos años. Cuando se lo dije a mis seres cercanos, se reían. Me decían que hiciese un ciclo y que fuese a trabajar a Arcelor o mirase a ver si podía meterme en un banco. Pues bien, aquí estoy, camino de mi 6º curso como profesor de FP.


Palomba habla de los veranos de pesca con mi abuelo en las montañas de Somiedo. Él tenía la costumbre gritar palomba cada vez que pescaba algo, así que decidí llamar así la canción. Una canción que habla de la niñez, de la inocencia, del verano. En su momento sentí que no me había podido despedir de mi abuelo como es debido. Se murió de cáncer cuando yo era un adolescente me pilló todo muy de sopetón, así que esa canción fue una forma de decir, no te olvido.


My Little Giant habla sobre mi amor por Nana. Nana fue mi salvavidas durante mucho tiempo. Era mi compañera en los días buenos y mi refugio en los malos. Aquella perra, me cambió la vida. Me enseñó a cambiar mi escala de valores, a valorar las pequeñas cosas, dio luz a mis días e incluso me salvó de mí mismo. Fuimos inseparables. Aquella terranova de ojos color avellana y pecho blanco, me enseñó a vivir, por muy extraño que parezca.


Bourg en Bresse, habla de un desamor enorme. De una patada de realidad. De un amor que pensabas que tenía que ser para siempre, el primero, hasta que te das cuenta, que en realidad, sólo amó uno de los dos. Luego queda recoger los añicos del orgullo, las cicatrices, la rabia de sentirse estafado.


Creo que es evidente, que mis emociones y sentimientos, lo que me ocurre, mis reflexiones, son el caldo de cultivo de Howdy. Ahí está la evidencia. También creo que Restart salió así porque era una forma de cerrar una etapa y abrir otra, pero por lo que llevo escrito del siguiente EP, la tónica se mantiene. Yo es que creo totalmente en el pop en su sentido más primigenio. El pop sirve para hablar de todo. No sólo amor y desamor. El idioma de las emociones es universal. Por eso, tiene que ser personal y tiene que ser atemporal. Sin costuras.


¿Cómo fue la experiencia de trabajar con músicos como Ángel Kaplan y Adolfo Garcia durante la grabación de Restart?


Fue increíble. No tenía todas conmigo que Kaplan aceptase mi invitación de venir a grabar. Siempre le he tenido una admiración enorme y pensaba, que con lo liado que está siempre, iba a pasar de mí, pero no. Hizo armonías en todas las canciones del disco. Flipaba viéndolo cantar. Una maravilla.


Adolfo, ya sabía que iba a venir, porque lo hablamos mucho antes. Quería estuviese presente y dejase su granito de arena, porque su amistad, fue crucial en un momento de mi vida. Grabó armonías en dos canciones. Decía que no sabía hacerlo, porque es un rol, que en los Feedbacks no hace, pero es mentira, si sabía. Como no va a saber. Además fue muy guay, porque mi voz, al ser tan aguda y la suya no, se complementaban muy bien.


¿Cómo te sentiste al participar en la celebración del 50 aniversario de Big Star y qué importancia tiene esta banda en tu vida y en tu carrera musical?


Big Star fue otra de las bandas que me cambió la vida. Fue un flechazo. Desde que descubrí a Big Star, enseguida me sentí reconocido en la fragilidad de Alex Chilton. Todas las canciones de Big Star tienen una magia especial, una frescura, delicadeza y sensibilidad que a mí me emocionan. Coincidió que yo quería grabar algo para enviar al Pop Parade de Rock Indiana, coincidiendo con el 50 aniversario de la formación de Big Star y lo vi claro. ¿Qué mejor forma de darles un enorme gracias, que de esta forma? Escogí un tema poco conocido y acústico para hacer una versión con banda. Lo hice por hacer pedagogía sobre ellos, pero sobre todo, es una señal de amor, admiración y gratitud.


¿Cómo definirías el impacto del movimiento Xixón Sound en tu carrera y en la escena musical asturiana?


Trascendental. Resulta que un día, pongo la tele y en un anuncio de Pepsi, salen 3 cantando Chup Chup con chupas de cuero. Eran de Gijón. Uno de ellos, Paco, era el tío de compañero de cole, con el que me tropezaba a menudo. Flipaba. Australian Blonde, me enseñaron a hacer lo que me apeteciese sin ningún tipo de prejuicio. Ellos cantaban en inglés y hacían música como la que ellos escuchaban, Lemonheads, Buffalo Tom, Gin Blossoms… toda esa onda. Recuerdo, cuando salió el Generation Next de Pepsi, que juntando anillas de las latas, podía salirte hasta el disco gratis en las tiendas Tipo. Yo iba mucho a Tipo y escuchaba hablar a los mayores. Parecía que lo que se estaba cocinando en Gijón era algo como Seattle en pequeña escala. Crecí admirando ese movimiento, primero, a Australian Blonde, luego a Eliminator Jr, Manta Ray, Medication, Undershakers, Penelope Trip.


En la escena musical asturiana, creo que lo que aquello significó en la ciudad y la región se ha olvidado. Se ve como algo muy viejo ya y creo que no se valora lo suficiente. Durante unos años, Gijón estaba en el mapa musical gracias a aquella generación. Era la meca del movimiento indie. En la ciudad se respiraba un espíritu de creatividad y libertad que añoro. Hasta hace unos años, Gijón era así y me encantaba. Nadie de las generaciones siguiente, quitando nosotros, los de los 00s, ha vuelto a recuperar esa herencia. Ninguna otra generación ha buscado esa camaradería y le ha dado un sonido personal a la ciudad. Es normal, porque Gijón está muy desdibujada de lo que en su día fue. Que pena que en la ciudad no se vuelva a dar un movimiento así.



¿Cuál es tu proceso creativo cuando compones canciones para Howdy? ¿Prefieres componer en solitario o colaborando con otros músicos?


Prefiero cocinarlo en solitario, porque para mí es un reto. Cada canción que hago me estrujo la mollera hasta que queda a mi gusto. Primero sobre una rueda sencilla de acordes, voy canturreando melodías, y voy complicándolo hasta que la evolución me gusta. Mi lema es todo a la melodía. El resto se va puliendo después. Cuando considero que la canción está completa, se la envío a Pablo Lato y empezamos con la preproducción y sigue creciendo, así que Pablo, como productor, en cierto modo, también tiene que ver en el proceso compositivo. Una particularidad que tengo, es que me enfoco en escribir y desarrollar sólo las canciones que pienso grabar. El resto, quedan como notas de voz en el móvil.


¿Qué proyectos futuros tienes para Howdy y cómo esperas que evolucione tu música en los próximos años?


El siguiente proyecto que tengo, es trabajar en mi segundo Ep. Otras cuatro canciones muy concretas sobre una serie de temas que me han acompañado este año, como la ansiedad, el duelo, perder a Nana, pero en que también hay sitio para las anécdotas y cosas más desenfadadas, porque entre otras cosas, además de vaciarme, como en el primer Ep, que ahora, también lo necesito, necesito divertirme. Se que voy a vomitar canciones de americana más personales, pero también necesito luz, jangle pop, guitarras de 12 cuerdas, y powerpop con telecasters y guitarras de caja crujiendo sobre un Vox.


Cuando esté, mi idea es editarlo de forma conjunta entre un sello español y algún sello nórdico. Quiero que sea una tirada europea para los mercados donde sigue habiendo espacio para algo tan de nicho como el powerpop. Se que por ahí arriba, las melodías les encantan y ya tengo algún contacto para hacerlo, si las cosas no cambian. También hay algún nombre propio que ha aceptado participar en el Ep, que espero que no se retracten, porque soy muy lento para componer. Hay un músico escocés para mí, bastante relevante, hay algunos de casa que creo que van a ser una sorpresa y alguno más de la escena del powerpop nacional. Poco a poco, en lo que me vaya dejando la vida adulta.


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